¿Te has preguntado alguna vez cómo empiezan las relaciones tóxicas de pareja? Puede que al principio todo parezca normal, incluso bonito. Pero, con el tiempo, ciertas actitudes y comportamientos empiezan a emerger, hasta el punto en que te sientes atrapado en una relación que te consume más de lo que te nutre.

¿Qué es una relación tóxica?

El sutil comienzo de una relación tóxica

Las relaciones tóxicas rara vez comienzan de manera obvia. No es común que alguien muestre su peor versión desde el principio. Si tu pareja te gritara o te menospreciara desde la primera cita, lo más probable es que decidirías alejarte de inmediato. Pero cuando estos comportamientos se presentan poco a poco, es fácil caer en la trampa.

Al principio, puede que tu pareja haga comentarios sobre cómo te vistes o con quién te relacionas, disfrazándolos de «preocupación» o «cuidado». Luego, esos comentarios se vuelven críticas constantes: «¿Por qué siempre tienes que vestirte así?» o «No me gusta que salgas tanto con tus amigos». Esta transición gradual es lo que hace que las relaciones tóxicas sean tan difíciles de identificar y, eventualmente, de abandonar.

Estrategias y comportamientos comunes

Cuando estás en una relación tóxica, tu pareja puede usar varias tácticas para manipularte y controlarte. Te cuento algunas de las más comunes:

• Chantaje emocional: Este es un clásico en las relaciones tóxicas. Se trata de manipular tus sentimientos para que termines haciendo algo que en el fondo no quieres. ¿Te suena algo como «Si de verdad me quisieras, harías esto por mí» o «Si me dejas, no sé qué voy a hacer»? Estos son ejemplos clarísimos de chantaje emocional. Al final, te sientes culpable y terminas cediendo.
• Mutismo hostil: Es cuando tu pareja te deja de hablar después de una discusión. Se queda en silencio, te ignora durante horas o incluso días, hasta que terminas siendo tú quien cede, solo para que todo vuelva a la normalidad. Este tipo de actitud te hace sentir como si el conflicto fuera tu culpa, aunque no hayas hecho nada malo.
• Control a través del dinero: Si en la relación hay una diferencia económica grande, a veces el dinero se usa como arma. Frases como «Yo pago todo, así que deberías hacer lo que digo» son señales de que algo va mal. Este tipo de control es especialmente peligroso si dependes económicamente de tu pareja, porque te sientes atrapada/o.
• Desgaste de la autoestima: Comentarios como «No sé qué harías sin mí» o «Nadie más te va a querer como yo lo hago» te hacen dudar de tu valor y te mantienen dependiente de la relación, aunque te haga daño.
• Victimización: Aquí es cuando tu pareja se hace la víctima para manipularte. Te dicen cosas como «Eres lo único bueno en mi vida» o «Si me dejas, no sé qué va a ser de mí», haciendo que te sientas responsable de su bienestar. Esto es una forma de atraparte emocionalmente y hacer que te sientas culpable por querer distanciarte.
• Manipulación a través de terceros: Otra estrategia es involucrar a otras personas, como familiares o amigos, para validar sus puntos de vista y desautorizarte. Por ejemplo, decir «mi madre también piensa que no deberías tomar ese trabajo» es una forma de socavar tu autonomía y decisiones.

Cómo reconocer una relación tóxica

Rompe el círculo

Reconocer estos comportamientos tóxicos es el primer paso para protegerte. Hablar con alguien de confianza o buscar ayuda profesional es el segundo paso y puede marcar la diferencia y ayudarte a recuperar tu bienestar emocional.

Recuerda que tu bienestar emocional es una prioridad y que nunca es tarde para tomar acción y recuperar tu vida.

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Este post tiene como objetivo informar y no reemplaza el consejo profesional.