Poros y piel: ¿es cierto que la piel respira?

Una de las expresiones que más escucho en redes sociales, cuando se habla de piel, es que la piel respira. Estoy casi segura que tu también lo has escuchado ya que es un concepto que se ha popularizado mucho, pero ¿qué tan cierto es? 🤔
La piel es el órgano más grande del cuerpo y tiene un montón de funciones importantes, pero ¿respira como lo hacen los pulmones? ¿Será verdad o mito? ¡Sigue leyendo!
¿Qué son los poros y para qué sirven?
Es común pensar que la piel respira a través de los poros, como si estos actuaran como pequeñas «puertas» que se abren y cierran. Sin embargo, entender qué son y cuál es su verdadera función nos ayuda a comprender mejor cómo funciona nuestra piel.
Los poros son pequeñas aberturas en la piel por donde salen el vello y el sebo (esa grasita natural que hidrata tanto la piel como el cabello). El sebo es clave para mantener la piel lubricada y en buen estado.

Aunque muchas personas sueñan con «cerrar» sus poros para tener una piel más lisa, los poros no se pueden abrir ni cerrar de manera voluntaria. Sería como intentar cerrar las fosas nasales, ¡no funciona así! 😅 Sin embargo, hay factores que hacen que los poros se vean más o menos visibles.
Factores que afectan el tamaño de los poros
Tu genética, las hormonas e incluso el envejecimiento influyen en cómo se ven tus poros. A medida que envejecemos, la piel pierde elasticidad, lo que puede hacer que los poros parezcan más grandes. Además, cuando hay un exceso de secreción sebácea (grasa), los poros pueden dilatarse y ser más notorios.
Pero ¿esto significa que la piel respira? En realidad, no. Los poros permiten la salida del sebo y el vello, pero no tienen ninguna función respiratoria como la que realizan los pulmones.
Entonces, ¿la piel necesita «respirar»?

No de la manera en que solemos pensar. La piel no «respira» como lo hacen nuestros pulmones; los poros no absorben ni expulsan oxígeno. La piel transpira: secreta sudor por parte de las glándulas sudoríparas para regular la temperatura corporal, una de las funciones principales de nuestra piel. Es decir, lo que realmente sucede es que los poros permiten que el sebo llegue a la superficie para hidratar y proteger la piel.
La creencia de que la piel «respira» viene, en parte, de la sensación que tenemos al mantenerla limpia y libre de impurezas. Después de un día caluroso o de usar maquillaje, al lavarnos la cara, solemos sentir una especie de «alivio» o frescura que nos hace pensar que nuestra piel necesitaba «respirar». Además, frases como «deja que tu piel respire» se han popularizado en el mundo de la cosmética para promover el cuidado de la piel, pero lo que realmente ocurre es que los poros están despejados y mejoran su función al no estar obstruidos.
Más información en: Guía completa sobre los POROS: tipos, cuidados y mitos
Cuidar la piel: más allá del mito
Aunque la piel no respire, es fundamental cuidarla correctamente para que se vea saludable. Algunos consejos básicos son:
- Limpieza diaria: Mantén tus poros limpios para evitar que se obstruyan con grasa y suciedad.
- Exfoliación: Ayuda a eliminar las células muertas que pueden acumularse y hacer que los poros se vean más grandes.
- Hidratación: Usa productos adecuados para tu tipo de piel y asegúrate de mantenerla bien hidratada.
Recuerda
Aunque los poros no puedan abrirse ni cerrarse a voluntad, sí podemos minimizar su apariencia con los cuidados adecuados.
¡Mira la infografía!
Te dejo esta infografía que resume los puntos claves del artículo.

Conclusión: ¿la piel respira? 🚫
En resumen, la piel no respira como lo hacen nuestros pulmones. Y los poros son importantes para liberar sebo y mantener la piel hidratada, pero su función no tiene nada que ver con la respiración.
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Este post tiene como objetivo informar y no reemplaza el consejo profesional.